Como diseñadora, frecuentemente me dicen: necesitamos que diseñes un logo, pero cuando solicito más información sobre el proyecto me encuentro con que algunas de mis preguntas no tienen respuesta.
Para diseñar un logotipo necesitamos entender no solo cuál es el producto o servicio, sino también quién es la marca, para quién es y qué la hace especial. Con estos tres elementos podemos definir la identidad de la marca, y con ella no solo construimos el logotipo, sino toda la identidad visual (gráficos, ilustraciones, fotografías) e incluso los mensajes de la marca.
Me dirás “ok Lía, pero ¿cómo respondo todo esto?”. Don’t worry baby, ya te cuento.
¿Cuál es la personalidad de tu marca? 🧐
El primer paso es ponerse en la piel de la marca y preguntarse ¿quién soy?, esa gran pregunta que trae flashbacks a millones de millennials.
Como sucede con las personas, la identidad no es algo estático, no nos comportamos del mismo modo en una fiesta que en una sala de hospital, nos adaptamos al entorno. Estas formas de comportarnos suceden dentro del marco de nuestra esencia, de ese conjunto de valores que resultan de nuestra personalidad, nuestra historia y nuestras vivencias.
Estos valores serán los pilares que determinarán cómo nos paramos frente al mundo.
Algo similar pasa con las marcas, nuestras vivencias y valores marcan el camino que recorremos para llegar a crear este producto o servicio. La identidad de la marca tendrá que mostrar no solo lo que hacemos sino también cómo lo hacemos y qué nos motiva a hacerlo.
Este conjunto de conceptos se traducirán luego en elementos visuales. Por ejemplo, si mi producto es artesanal, es posible que en las aplicaciones de la marca use colores cálidos, técnicas manuales como sellos o grabados y use materiales crudos como hilos naturales y papel sin blanquear, que nos ayudarán a transmitir la cercanía entre el producto y quien lo realiza, las bondades de las materias primas y lo especial de tener un producto único.
Sin embargo, si mi servicio es hacer trámites legales, quizás el logotipo use tipografías con serif, que transmiten estabilidad, profesionalismo y experiencia, porque voy a necesitar ganarme la confianza de las personas que me darán sus datos sensibles.
¿Para quién?🕵️
Es natural pensar que tu producto es lo máximo y todo el mundo lo va a querer, después de todo, es tu producto. Suele pasar que cuando pregunto ¿cuál es tu público objetivo? me respondan todas las personas, de 20 a 100 años, en todo el país. Lamento decirte que no, no todo el mundo quiere o necesita tu producto.
Para saber quién es tu público es necesario entender no solo quienes consumen productos o servicios similares al tuyo, sino identificar dentro de ese universo los segmentos de público que estén desatendidos o que se identifiquen más con quién eres.
Nota: Esta construcción puede darse en distinto orden si el diseño de producto inicia con un estudio de mercado, donde se identifican necesidades o segmentos de público no cubiertos y se desarrolla una identidad de marca a medida de ese nicho.
La gran noticia es que, cuanto más específico sea el público, más dirigido va a ser el mensaje, aumentando las posibilidades de acertar. ¿No te pasa que a veces ves algo y dices parece que me está hablando a mi o es justo lo que necesitaba? Eso es lo queremos lograr.
¿Qué me hace especial?🦄
Un punto esencial en la construcción de marca es identificar ese qué sé yo que te hace especial y te separa del resto, lo que se llama, el diferencial. El diferencial es lo que va a hacer que los consumidores elijan tu producto o servicio sobre las alternativas similares que puedan encontrar en el mercado. A veces es muy notorio, a veces es mínimo. Podemos pensar, por ejemplo, en la góndola de los fideos en el supermercado. Vamos a tener muchas marcas de un producto que es esencialmente el mismo. ¿Qué nos hace elegir una marca por sobre otra? ¿La calidad? ¿El precio? ¿El impacto ambiental?
Identificar ese atributo que nos diferencia de otras soluciones y hacerlo parte de nuestra identidad y mensajes puede llegar a ser clave para el éxito de nuestra marca, siempre y cuando esa sea nuestra estrategia… Porque bien la pregunta podría ser, ¿a quién nos queremos parecer? De esta manera la marca va a buscar ser el sustituto, por elección o confusión, de un competidor específico. Es lo que sucede con muchas marcas que aparecen y se ven muy similares a otras bien posicionadas en el mercado. Buscan que el público piense “Si se ve parecido, debe ser parecido” y así lograr quitarle una porción de mercado de su competencia.
Así que, en resumen, la pregunta va a ser ¿cómo me voy a diferenciar? o ¿a quién quiero parecerme? y usar esa diferencia o parecido en la construcción de la identidad de marca.
Cómo se aplica esto en la identidad de Prometeo 🔥
Ahora que entendemos estos tres ejes para construir una identidad de marca, podemos ver cómo funciona cuando los aplicamos en un caso real.
Todos los valores e ideales de Prometeo, se expresan en su Manifiesto y sobre él construimos los mensajes de marca, la identidad visual y hasta las políticas internas.
Prometeo es mucho más que sus APIs, si bien el rubro es fintech, el set de valores que componen la marca es mucho más amplio. El espíritu de Prometeo es encender oportunidades en lugares donde no existían, en hacerlo desde América Latina para América Latina con el poder que conquistamos de la tecnología, esa es nuestra llama.
De la misma forma que relata el mito de Prometeo, quien le entregó el fuego de los dioses a la humanidad, nosotros buscamos en un mundo financiero frío e inalcanzable para la mayoría de los latinoamericanos entregarle a las personas nuevas oportunidades financieras.
La historia de Prometeo sigue escribiéndose. En cada nuevo producto, en cada API va creciendo y desarrollándose. Así mismo lo va haciendo su identidad, continuamente iterando para encontrar las maneras de expresar mejor lo que hacemos y por qué lo hacemos.